El género cyberpunk es un subgénero de la ciencia ficción que se desarrolla en un entorno distópico y futurista. Como algunos conocéis, es protagonista de la serie en la que trabajo: «Inmemorian», de la que por el momento podéis disfrutar de las dos primeras entregas.
El género surge a partir de la cohesión de caos, tecnología de vanguardia, alta sociedad y los bajos fondos, adornados con una estética urbana en decadencia y neones publicitarios por doquier. Estos ingredientes lo convierten en el subgénero más vistoso y llamativo de la ciencia ficción.
Las historias cyberpunk han influido en la cultura popular, especialmente en el ámbito del cine, la literatura y los videojuegos. Obras icónicas como «Blade Runner», «Neuromante» y «Ghost in the Shell» han dejado una huella significativa en la representación de futuros distópicos y en la reflexión sobre la relación entre la humanidad, la tecnología y la moral del futuro.
El cyberpunk puede resultar una experiencia adictiva y peligrosa. Poco a poco te sumerges en un futuro distópico donde las corporaciones controlan el mundo y la privacidad es un concepto olvidado. Es un mundo donde las máquinas tienen más alma que algunos seres humanos y la línea entre la realidad y la simulación se desdibuja, lo que hace que nos cuestionemos muchos aspectos de la naturaleza humana en los que no pensamos en nuestro día a día. ¿Hacía dónde vamos? ¿Qué provenir nos espera?
Los protagonistas suelen ser individuos muy acordes a los escenarios que se nos plantean. Marginados, hackers, mercenarios, importantes empresarios o detectives privados que se enfrentan a un sistema corrupto y autoritario. Pero no podemos pasar por alto el papel de la mujer en el cyberpunk, pues no hay historia en la que falte ese personaje (ya sea de carne y hueso o materiales sintéticos) de atractivas curvas que atrae todas las miradas por su belleza física y elementos sensuales o eróticos que la componen.
La figura de la mujer en el género del cyberpunk ha sido objeto de críticas y análisis en los últimos años. Aunque este subgénero de la ciencia ficción ha sido elogiado por su estética visual y su atrevimiento y acierto a la hora de explorar de temas futuristas, su tratamiento de los personajes femeninos ha sido un tanto controvertido en muchos aspectos. En muchas obras cyberpunk las mujeres son retratadas principalmente como prostitutas, bailarinas exóticas u objetos utilizados por personajes masculinos. Su sexualización forma parte de la estética del género, convirtiéndolas en meros objetos de deseo, aunque en ocasiones minoritarias se compagine también con el rol de la mujer fuerte de la que depende el desenlace de la trama principal. Este sería el caso de la mayor Motoko Kusanagi en «Ghost in the sell», aunque para nada la mayor se libra de estar sexualizada. Recordad la puesta en escena de Scarlett Johansson en la última adaptación cinematográfica.
Esta representación de las mujeres ha llegado a convertirse en un fetiche en el género, como se puede apreciar en el arte y la publicidad relacionados con el cyberpunk.
A pesar de algunos intentos de romper con estos estereotipos, como en la serie «Carbono alterado» o la película «Blade Runner 2049», la violencia y la sexualización siguen siendo elementos prominentes. Las escenas de violencia brutal y la victimización de los cuerpos femeninos a menudo resultan en una representación problemática y cuestionable.
Además, la falta de diversidad y una mirada predominantemente masculina en las historias presentadas son evidentes incluso en antologías recientes como «Love, Death & Robots», de Netflix. Aunque algunas de los episodios de la serie intentan abordar temas feministas, a menudo caen en estereotipos y perpetúan una representación problemática de las mujeres.
Es necesario replantear y cuestionar las representaciones de las mujeres en el cyberpunk si se pretende que este género sea progresista y relevante en la actualidad. La inclusión de más protagonistas femeninas y la exploración de temas como la identidad de género y la sexualidad pueden enriquecer el género y abrir nuevas perspectivas y narrativas. Aunque, por otro lado, si hablamos de que uno de los atractivos de la ciencia ficción es idear escenarios futuros lo más verosímiles, quizá, el creador o escritor, solo esté plasmando el mundo decadente al que cree que nos dirigimos. En este caso la sexualización de la mujer sería simplemente algo que vaticina que perdurará en el tiempo y de lo que no podemos escapar por mucho que lo intentemos (quizá por pura naturaleza humana), al igual que no seremos capaces de erradicar toda esa amalgama de decadencia, corrupción y degradación a la que nos dirigimos y que retratan las historias cyberpunk.
La humanidad va sujeta a muchas cosas perjudiciales aunque no nos guste.
Además, recordemos que el género trata de eso, de la decadencia humana en futuros distópicos.
No obstante, para que el género progrese sería conveniente que las mujeres tengan la oportunidad de contar sus propias historias y explorar su propia experiencia en el cyberpunk. Esto implica darles voz a escritoras, directoras y artistas, así como establecer los nuevos roles de los personajes femeninos. No conozco muchas mujeres que escriban cyberpunk.
El género puede aprovechar su potencial para abordar temas de desigualdad de género, opresión y lucha por la liberación en lugar de perpetuar estereotipos. Puede explorar nuevas formas de resistencia y empoderamiento para las mujeres en un contexto distópico. Y quién sabe si con el tiempo puede contribuir a mejorar algo nuestro mundo. Sería un tanto paradójico que estas distopías provocaran todo lo contrario en nuestra realidad, ¿verdad?.
En mi caso, cuando escribo ciencia ficción intento ser fiel a la realidad futura a la que creo que vamos encaminados sin remedio. Lo intento hacer de manera equilibrada. Al igual que el ejemplo anterior que he comentado, con sus cosas positivas y negativas. Esto incluye mi posición frente a la problemática de la sexualización de la mujer, de la que no estoy a favor, al igual de que no me gustaría que en el futuro nos callera un gran meteorito, seamos exterminados por una gran guerra o se sigan cometiendo asesinatos.
Escribo novelas para entretener, hacer crítica social e invitar a la reflexión, siendo fiel al futuro al que creo que vamos encaminados sin remedio.
Sin embargo, los escritores no debemos dejar de escribir sobre temas truculentos porque no nos guste que sucedan o porque deberían de ocurrir de otro modo. Por esa regla dejaría de hacerse novela negra y thrillers sobre asesinatos, cuando se trata de dos de las temáticas que gozan de mayor popularidad en la actualidad entre los lectores. Por lo tanto, yo y muchos otros seguiremos escribiendo sobre estos temas y retratando personajes femeninos como nos plazca y siendo fieles a cada uno de los elementos que contienen las historias cyberpunk y a nuestra propia visión del futuro, y tenemos que hacerlo con libertad, sin miedo al qué dirán. Si no hubiera sido así, el personaje de Creta (robot sexual de «Inmemorian») al que queréis tanto no existiría. Estoy seguro de que «Inmemorian» no habría destacado ni obtenido el reconocimiento que obtuvo sin ella.
Aquí os dejo la primera recreación que he realizado de ella mediante IA, y que corresponde a una escena de las próximas entregas.
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